La brutal muerte del boxeador asesino Edwin El Inca Valero

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Edwin Valero es sin lugar a dudas el máximo exponente pugilístico que ha dado Venezuela. Un boxeador que ganó sus primeras 18 peleas por KO en el primer asalto, y que murió en extrañas circunstancias siendo campeón mundial del peso ligero invicto, con un récord de 27 victorias y 27 KO's.

Infancia de Edwin Valero

Edwin Valero estaba creciendo rápidamente como boxeador, muchos eran los que afirmaban que iba a ser uno de los más espectaculares de la historia del deporte. Eso es algo que nunca sabremos, pero si podemos afirmar, que pese a su corta carrera es uno de los noqueadores más eficientes de la historia, con un 100% de combates ganados por KO.

Muchos lo comparaban a Manny Pacquiao y decían que era el único púgil que podía vencer al filipino. Un enfrentamiento entre ambos hubiera sido uno de esos combates que paran el mundo. El combate se tenía que disputar en 2010, año en el que Edwin fallecía de forma inesperada.

Edwin Valero venía de una familia pobre y desestructurada. Su padre los abandonó cuando el tenía 7 años. A los 11 años abandonó la escuela y empezó a trabajar vendiendo frutas. Más adelante logró una bici, y eso le llevó a acabar trabajando en un taller de bicicletas, donde coincidió con un trabajador que había practicado boxeo y que poco a poco fue haciendo que Edwin Valero sintiera más curiosidad sobre el noble arte.

En el año 92 Edwin Valero entró por primera vez en un gimnasio de boxeo, concretamente el Morochito Rodríguez, en honor al oro olímpico venezolano. Lo invitaron a probar, ahí empezó todo.

Desde el primer momento Edwin demostró que tenía potencial, y sobretodo ganas. El joven Edwin Valero hacía todo lo que su entrenador le decía, con gran dedicación y en muy poco tiempo empezó a destacar.

Inicios en la mala vida

La vida de Edwin Valero empezó a torcerse.  Comenzó a beber alcohol, consumir drogas y a robar. Aún así, logró una espectacular carrera amateur en la que ganó 86 de los 92 combates que disputó, 45 de ellos por KO.

En el 98 se convierte en campeón centramericano y del Caribe.

Pero en 2001 Edwin sufrió un accidente de moto sin casco. Su cabeza impactó con la acera de la calle que le provocó una fractura en el cráneo y una lesión cerebral. Tras el accidente Edwin estuvo ingresado 3 meses, y le dijeron que no podría volver a boxear. Pero se equivocaban.

Edwin Valero volvió a boxear callando las bocas de médicos y detractores. Y nada podría detenerlo, excepto el mismo.

Su fama creció, el entonces presidente venezolano Hugo Chávez lo adoraba, tenía el respaldo Chavista y era una estrella en su país. Fue entonces cuando su pareja y familiares empezaron a notar cambios de personalidad extraños. Sospechaban que el boxeador podía estar consumiendo sustancias psicotrópicas y estaban en lo cierto.

Sus familiares intentaron ayudarlo pero el se fue distanciando.

El principio del fin

En 2007 fue denunciado por su madre y hermana por haberlas golpeado, además de haber revelado a la policía que Valero también había agredido en otras ocasiones a su esposa. Se acababa de abrir la caja de pandora.

En Mayo de 2009 Edwin conquistaba el título mundial del peso ligero y era detenido por conducir ebrio. Un mes mas tarde Valero hería a su mujer Jennifer Carolina disparándole en la pierna también en estado de ebriedad. Alegó que se trataba de un accidente pero su familia confirmó que había sido a propósito.

Se dice que se le exculpó de varios incidentes por su categoría de héroe nacional, incluso se dice que llegó a matar a un ladrón que había tratado de robar su vehículo, hecho que se solucionó con una gran compensación económica para borrar su expediente.

En 2010 Jennifer Carolina, su mujer, llamó a la madre de Edwin para avisarla de que su hijo había perdido el control, que este se pasaba el día encerrado, consumiendo alcohol y drogas, afirmando que también la obligaba a ella a consumir.

A tal punto llego la desesperación de Jennifer que trató de quitarse la vida sin éxito. Tras este acontecimiento ambos ingresaron unos días en un centro de rehabilitación, pero Edwin recayó prácticamente de inmediato.

En Marzo de 2010 amenazó a los médicos del hospital que estaban tratando a su esposa que se encontraba ingresada con diversos hematomas y un neumotórax provocado por una costilla rota que había perforado el pulmón.

Al principio alegaron que había sido un accidente doméstico pero los médicos en seguida se percataron de que había sido agredida, y Jennifer Carolina lo admitió. Edwin Valero entró en cólera y empezó a amenazar a los médicos y a su mujer si se filtraba la información. Este hecho provocó que lo arrestaran y le prohibieran acercarse a su esposa ya los trabajadores del hospital. El juez también solicitó que Valero ingresara de nuevo en un centro de desintoxicación.

Todo cambió cuando su mujer salió del hospital negó que este la hubiera maltratado y solicitó que retiraran la orden de alejamiento. El 8 de Abril de 2010 Edwin quedó en libertad bajo fianza. Tan solo quedaban 11 días para el trágico final.

El asesinato

Unos días más tarde Edwin y su esposa se desplazaban en coche, hacia el estado de Vargas en Venezuela. Ambos habían hablado sobre su relación y Edwin se había comprometido a acudir a un centro de desintoxicación en Cuba. Durante el trayecto Valero observó que un coche lo seguía. Al pasar por un control policial, pidió a uno de los agentes que le ayudaran porque querían asesinarlo. También llamó un amigo para que le escoltaran hasta su destino, pero este les sugirió parar a hacer noche en la ciudad de Valencia y continuar al día siguiente. Era la mejor opción puesto que ya era tarde, además Valero había estado consumiendo alcohol durante el viaje.

Sobre las 11 de la noche llegó al hotel intercontinental valencia, donde estuvo hablando son su mujer en la recepción del hotel durante mas de una hora. Edwin, que como ya se había hecho evidente estaba muy paranoico, pidió al personal del hotel que revisaran bien su habitación. Cuando subió, la revisó el mismo y pidió que la cambiaran por una con menos ruido, la habitación elegida fue la 624.

A las 5,30 de la mañana, Edwin Valero bajo a la recepción del hotel y con tranquilidad informó a los trabajadores que su mujer se encontraba muerta en la habitación y que el era quién la había asesinado. Los trabajadores llamaron a la policía y Edwin esperó tranquilamente a que estos llegaran.

Últimas horas de Edwin Valero

Cuando la policía llegó lo arrestó y verifico que Jennifer Carolina, de 24 años, esposa y madre de dos de los hijos de Edwin Valero había sido asesinada. El cadáver tenía 3 heridas de arma blanca en el cuello y se encontraba estirado sobre una alfombra en la que s podían ver manchas de sangre. También habían latas y botellas de cerveza por el suelo. Sobre la cama las sábanas y almohadas manchadas con sangre y debajo de un sillón había una sábanas ensangrentadas. No se encontró ningún arma o elemento que pudieran haber provocado las heridas.

Edwin Valero llamó a sus suegros para avisarles de que su hija había sido asesinada por unos sicarios. Cuando le preguntaron si quería realizar una llamada a su familia declinó la oferta, puesto que no se tenían la mejor relación en ese momento, pero pidió que llamaran a su manager.

En su primera declaración alegó que se quedó dormido al lado de su esposa tras consumir grandes cantidades de alcohol y drogas. Cuando despertó estaba lleno de sangre con el cuerpo sin vida de su mujer al lado y no recordaba nada, por eso pensó que había sido el quién lo había hecho. Pero en comisaría aseguró que alguien había entrado en la habitación para asesinarla, también comentó que lo seguían durante su viaje en coche y seguramente estaba relacionado. Pero la policía encontró muchas contradicciones en el interrogatorio.

Cerca de las 2 de la madrugada de el 19 de Abril de 2010 un recluso alertó a los funcionarios de que se escuchaban ruidos extraños en la celda de Edwin Valero. Cuando la policía llegó a la celda encontró a El Inca ahorcado con sus propios pantalones amarrados a los barrotes de su celda. Los policías lo bajaron inmediatamente. Valero se encontraba desnudo, únicamente llevaba sus calcetines, tenía los ojos abiertos y una foto de su mujer e hijas en la boca.

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