Con mi padre.

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Desde que tengo uso de razón he visto boxear. Recuerdo que siendo pequeño me quedaba en el salón con mi padre para ver aquellos combates que se retransmitían de madrugada.

De esa forma y de su mano pasé muchas noches en vela, así me enamoré de este hermoso deporte hasta el punto de obsesionarme con cada detalle o fleco del mismo. Siendo un niño conocí en directo a grandes boxeadores como Mike Tyson, Julio Cesar Chávez, Roberto Duran o Sugar Ray Leonard. Recuerdo que siempre me acompañaban las voces de Jaime Ugarte, Xabier Azpitarte o Emilio Marquiegui que de manera inconexa mezclaban sus sabios comentarios con los del hombre que se sentaba a mi vera en nuestro salón.

Un día de reyes me desperté y afortunado de mí me encontré con varias cintas de video que sus majestades de Oriente habían encontrado para mi. Así descubrí quien era Mohamed Ali, Carlos Monzón, Archie Moore o Sugar Ray Robinson. Y lo hice con esos VHS mucho antes de que tuviéramos acceso a internet.

De esa forma sin darme cuenta comencé mi estudio diario de esta maravillosa afición de la que tanto me queda por aprender.

Poco a poco el boxeo fue llegando por otros canales o medios y de esa forma descubrí en las olimpiadas de Barcelona a un tal Oscar de la Hoya que tiempo después doblego a mi ídolo Julio Cesar Chávez , “cosas de la edad” dijo mi padre.

Oscar se convirtió en la cara visible de este deporte al menos durante los diez años siguientes. Era el Goldenboy , el niño bonito de las Vegas, un boxeador rápido y agresivo que trataba de demostrar que era mas mexicano que estadounidense. Oscar logró hacerse un hueco en la historia de este deporte y se convirtió en uno de los deportistas mejor pagados del mundo en ese momento. Se convirtió en lo que hoy llaman la cara A del boxeo, pero no supo gestionarlo bien por eso no supo retirarse a tiempo. A mi padre le gustaba Oscar de la Hoya, pero no tanto como Chávez , ese era insuperable.

Por entonces había entrado en escena un tal Floyd Mayweather Jr, un chico norteamericano con un cerebro privilegiado. Floyd era hijo de Floyd y sobrino de Roger, al que en su tiempo le llamaron la Mamba Negra. Un excelente boxeador que tuvo la mala suerte de toparse con Julio Cesar Chávez, y ya saben ustedes lo que decía mi padre de Julio.

Floyd derroto a Oscar en una decisión ajustada y se quedo con la antorcha del poder y del dinero en Las Vegas. Y asumió su reinado con una inteligencia sublime que lo sitúa en el olimpo de los grandes boxeadores de todos los tiempos.

Y ahí llego Saúl. El Canelo perdió en su enfrentamiento con Floyd porque Floyd era mucho mejor boxeador que el mexicano.

Luego Mayweather se retiro con su 50-0 por bandera y Saúl se quedó con la antorcha y con el poder de Las Vegas y así hasta el día de hoy.

Esto no es un resumen de nada porque resumir 42 años de mi vida y de mi conexión con este deporte en dos páginas es imposible pero quizás si les sirva a ustedes para presentarme en esta nueva página de boxeo en la que hoy entro a formar parte.

Soy un aficionado mas como lo fue mi padre.

Marcos Antonio Nogueroles Hernández
Dedicado a la memoria de Marcos Antonio Nogueroles Alonso de la Sierra.
Pdta: Julio sigue siendo el mejor.

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